Bajo el suelo de Estambul
La belleza de
Estambul es visible a los ojos, ¿quién no podría pasar varios días disfrutando
de todo lo que tiene esta ciudad cosmopolita y llena de historia con las más espectaculares vistas al Cuerno de Oro?
Hay otra parte de Estambul que queda oculta a la vista y que vale la pena descubrirla. Son las cientos de cisternas bizantinas que yacen debajo de su superficie.
Se cuenta que a mitad del siglo XVI el investigador holandés Petrus Gyllius estaba en Constantinopla y le llegaron historias de los vecinos, asegurando que en algunas casas había pozos de agua y hasta peces. Este viajero logró descubrir la entrada a la Cisterna Basílica, lo que relata en sus cuadernos de viajes.
EL ORIGEN
Una de las principales maneras
que había de traer agua a Estambul era a través del acueducto de
Valente, que la transportaba desde el bosque de Belgrado, a 19 km de
distancia extramuros, hasta la fuente monumental. Un asedio o un ataque que
destruyera dicho acueducto dejaba a la ciudad en un estado muy vulnerable.
Por ello, durante el período bizantino los gobernantes tomaron la decisión de construir una serie de cisternas donde acumular el agua de lluvia para contar con reservas.
Acueducto de Valente.
También servía para transportar el agua al desaparecido
Gran Palacio de Constantinopla y otros edificios importantes de la zona, como
el Palacio de Topkapi. Con la conquista otomana en 1453 las cisternas cayeron
en desuso porque preferían el agua corriente a la almacenada.
DESCUBRIENDO LAS CISTERNAS
De las
aproximadamente 60 cisternas que aún quedan, son tres las que han sido abiertas
a los visitantes: la Cisterna Teodosio (Serefiye Sarnici), la Cisterna
Binbirdirek y la Cisterna
Basílica.
Descendamos juntos para conocerlas.
Cisterna Teodosio (Serefiye Sarnici)
La Cisterna de Teodoso (Serefiye Sarnici) fue construída por mandato
del Emperador Teodosio II entre los años 428 y 443 para
guardar el agua que traía el Acueducto de Valente.
Se encuentra en el distrito de Eminonu. La cisterna ocupa una superficie de 1050 metros cuadrados. El techo alcanza los 9 metros de altura y se apoya en 32 columnas de mármo, rematadas en capiteles de estilo corintio.
La cisterna surgió a la luz en el 2010 al demolerse el viejo edificio de la Municipalidad de Eminönü, donde se la halló debajo, sin que se llegara a dañar su estructura histórica.
Llevó años su restauración hasta que fue abierta al público en el año 2018. Toda la estructura se encuentra debajo de una enorme cubo de cristal y metal para su preservación. Actualmente su uso principal es como sala de exposiciones.
Cisterna Binbirdirek o Cisterna Philoxenus
Esta Cisterna, cuyo nombre
significa “Cisterna de las Mil Columnas” está situada
al oeste del Hipódromo de Constantinopla en la zona de Sultanahmet
Su nombre
significa "Cisterna de 1.001 columnas", aunque posee en realidad 224.
Según las fuentes
fue construida durante la época de Constantino (Constantinus) en el IV. Siglo,
por orden del senador romano Philoxenus, bajo el palacio de Lausos.
Es la cisterna más antigua de la ciudad, y la segunda más grande con una superficie de 3610 metros cuadradros, con una capacidad para guardar 40.000 metros cúbicos de agua.
Sus columnas
tienen 14 o 15 metros de altura y están realizadas en mármol de la isla de
Marmara. Cada columna es en realidad la superposición de dos columnas unidas
con un anillo de mármol. Las letras griegas en los cuerpos de las columnas son
los signos de los canteros que las tallaron.
Después de ser
destruida completamente en un incendio en el año 475, fue reconstruida en el
período de Justiniano I en el S. VI hasta caer completamente en desuso y para
el s. XVI se utilizaba como taller.
Actualmente se encuentra en concesión para eventos, cenas corporativas, desfiles y festivales, con una capacidad de 1500 personas.
Cisterna Basílica
La más conocida y bella de las cisternas es la Cisterna Basílica o Yerebatan Sarnici. Su nombre significa “Palacio sumergido”, lo que nos da una buena idea de su grandiosidad.
Emplazada cerca de la Santa Sofía
(antigua iglesia y hoy mezquita) se construyó en el año 532 durante el
reinado del Emperador bizantino Justiniano (527 - 565), aunque de acuerdo
a los historiadores la hizo construir Constantino I y luego fue reconstruida y
ampliada. También abastecía para el riego de los jardines al Palacio de Topkapi tras la conquista otomana..
La cisterna se encuentra a seis metros bajo tierra (se debe descender 52 escalones de piedra), por lo que en verano, la visita al sitio es muy placentera debido a la frescura de su atmósfera.
Se emplearon más
de 7.000 esclavos para completar esta cisterna, casi
del tamaño de una catedral. Con 143 metros de largo por 65 metros de
ancho, es capaz de albergar 100.000 m3
de agua . El domo está soportado por por 336 columnas
de mármol, cada una con una altura de 9 metros. Las mismas se hayan esparcidas
en doce hileras de 28 columnas de estilos corintio, jónico y en menor
proporción, dóricos. Se cree que cada
una fue traída de otras construcciones.
Bajo el Imperio Otomano se realizaron dos restauraciones, una en 1723 bajo el mandato de Ahmet III y la otra en el siglo XIX bajo el sultán Abdülhamid II.
En 1968 se repararon columnas dañadas y en 1985 hubo una restauración a cargo del Museo Metropolitano de Estambul. La cisterna fue abierta al público el 9 de septiembre de 1987.
El agua se llevó a un nivel mínimo para que el público
pudiera apreciar las columnas cuyas bases representan la cabeza de medusa. Es
toda una aventura recorrer la cisterna hasta descubrirlas.
En la mitología
griega, Medusa era una de las tres gorgonas, un monstruo con serpientes como
cabello y que convertía en piedra a quien la mirara. El origen de estas dos
cabezas es totalmente desconocido, pero la leyenda cuenta que en la Cisterna se
colocaron boca abajo para conseguir anular los poderes de su mirada. La teoría
más aceptada es que son del último período romano y se
trajeron de otro edificio.
A fines del siglo XX se coloraron pasarelas que permiten recorrer la
cisterna por completo, antes la visita había que hacerlo en barca.
La Cisterna Basílica ha sido utilizada en la industria del cine, ya que
es en verdad un escenario de película.
En 007 Desde Rusia con amor (donde se recorre en barca) y más
recientemente durante el final de Inferno, la novela de Dan Brown protagonizada
por Tom Hanks.