Las Tenerías de Fez
Fez tiene la virtud de conservarse como era
hace siglos, permitiendo contemplar en sus calles oficios tradicionales que ya
se han perdido en otros lugares hace mucho tiempo.
Un ejemplo claro de estos oficios es el
curtido y el teñido de pieles, materia prima de la famosa marroquinería, donde
se curten y se tiñen las pieles de dromedario, cabra, buey y camello, las
pieles más apreciadas para la fabricación de los artículos de cuero. Las pieles
de vaca u oveja también se utilizan pero están consideradas de una calidad
inferior.
Las tenerías se dividen en dos áreas: la de
las tinajas de amoniaco blanco, usadas para el primer tratamiento de las pieles
crudas y la de las tinajas de colores cargadas de tintes naturales como amapola
o azafrán, usadas para pintar las pieles dejadas en remojo durante 4 días.
Para que las pieles recobren un tacto
“agradable y flexible”, se utiliza una extraordinaria mezcla en la que se
incluye caca de paloma y orina de vaca, lo cual hace que una de las
características de las tenerías sea el fuerte y desagradable olor que genera el
tratamiento de las pieles animales que se manipulan.
Los turistas accedemos a las vistas de las
curtidurías a través de las tiendas de artículos de cuero, que cuentan con
terrazas a una altura considerable donde se puede observar detalladamente todo
el proceso. A la entrada suelen dar una ramita de menta o hierbabuena para
sobre llevar el mal olor que se despide durante el proceso de curtido.